Willy - El conejo del Tiempo
Willy el Conejo del Tiempo y la Carrera del Reloj
Había una vez, un pequeño conejo llamado Willy. Pero no era un conejo cualquiera: Willy era el Conejo del Tiempo. Tenía un reloj de bolsillo mágico que le permitía saltar de una hora a otra, de un día a otro, como si el tiempo fuera un simple charco que podía brincar.
Un día, Willy se encontró con su amiga, la tortuga Lucía, que caminaba lentamente hacia el mercado. Lucía le pidió ayuda:
—Willy, ¿podrías ayudarme a llegar al mercado antes de que cierre? —preguntó.
—¡Claro que sí! —respondió Willy—. Con mi reloj mágico, ¡llegaremos en un abrir y cerrar de ojos!
Pero mientras jugaba con su reloj, Willy se distrajo probando saltos temporales innecesarios: visitó el pasado para ver cómo era su abuelo, saltó al futuro para espiar la cosecha de zanahorias, y se entretuvo tanto que perdió la noción del tiempo.
Cuando por fin volvió con Lucía, ya era de noche y el mercado estaba cerrado.
Lucía, paciente como siempre, sonrió y le dijo:
—Willy, con tanto saltar y saltar, olvidaste lo más importante: valorar el tiempo que tenemos y no perderlo en cosas que no importan. A veces, la mejor forma de usar el tiempo… es aprovechar el momento presente.
Desde aquel día, Willy aprendió a usar su reloj mágico con sabiduría. Entendió que aunque pudiera viajar a cualquier momento, el presente era el tiempo más valioso de todos.